El nuevo Plan de eficiencia Energética de
Y
es que el ahorro de energía es una de las formas más rentables para mejorar la seguridad
del suministro energético, y reducir la emisión de gases de efecto invernadero y
otros contaminantes. Por ello, ya en el año 2007,
¿Por qué se han realizado tan pocos
progresos?
Una
serie de errores de mercado y reguladores son los responsables de esta situación.
Gobierno:
la importancia de la eficiencia energética ha aumentado en los últimos años pero
aún no es suficientemente alta en las agendas políticas, la combinación de políticas
es a menudo insuficiente o demasiado débil a la hora de abordar todos los retos
y en muchos casos no hay coordinación política suficiente.
Sector
de la construcción (edificios residenciales y comerciales): todavía es baja la sensibilización
sobre los beneficios que se obtienen debido a la mejora de la eficiencia energética,
escasa la movilización de fondos disponibles para cubrir los costes iniciales y
falta formación en las habilidades requeridas por la mano de obra en edificios.
Industria:
se han logrado importantes mejoras en este ámbito, pero la energía no es una de
las principales preocupaciones en muchos procesos de producción debido a la escasa
concienciación (especialmente en el caso de las PYME) y a la baja disponibilidad
de fondos para cubrir los costes iniciales.
¿Qué se puede hacer ahora? ¿Qué sectores
de deben tener como objetivo?
Las
estimaciones actuales muestran que los sectores que merecen la mayor atención en
el campo de la eficiencia energética son el sector residencial, el del transporte
y el sector terciario, con posibilidades más limitadas también está el sector industrial.
Las principales mejoras son también necesarias en el sector de la transformación
de energía si se quiere lograr el objetivo global del 20%.
¿Por qué hay una necesidad de un Plan
de Eficiencia Energética? ¿Qué propuestas legislativas se pueden plantear?
Si
la revisión de 2013 muestra que el objetivo global de
El
plan se centra en los instrumentos para desencadenar el proceso de renovación de
edificios públicos y privados, mejorar la eficiencia energética de las instalaciones
y aparatos utilizados en ellos y fomentar la eficiencia energética en los hogares
y la industria.
Para el sector público,
Las
autoridades públicas deberían estar obligadas a renovar por lo menos el 3% de su
edificios cada año. Esta cifra es aproximadamente el doble de la actual tasa de
renovación. Cada reforma que se realice debe situar al edificio hasta el nivel en
que se sitúe el mejor 10% de los edificios nacionales. Cuando los organismos públicos
alquilen o compren edificios existentes, estos siempre deben estar en la mejor categoría
energética existente respecto a su clase.
Se
deberán aplicar altos estándares de eficiencia energética de manera sistemática
cuando las autoridades públicas la adquieran bienes (por ejemplo, aparatos de oficina),
servicios (por ejemplo, energía) y las realicen obras (por ejemplo, la renovación
de edificios). Debido al gran volumen del gasto público (17% del PIB, o alrededor
de € 2.000 millones, los edificios públicos son aproximadamente el 12% de
Para el sector de la construcción privada,
Los
Estados miembros están llamados a introducir medidas – alineadas con el derecho
de propiedad nacional- para abordar el problema de los incentivos de la división.
Es decir, cómo se dividirán los costes entre inquilinos y propietarios en el caso
de edificios y apartamentos arrendados. Al mismo tiempo, los Estados miembros están
llamados a apoyar la incorporación de empresas de servicios energéticos como catalizadores
de la renovación. Las Empresas de servicios energéticos procederán a la renovación
de casas particulares y apartamentos con sus propios costes y obtendrán beneficios
mediante la recepción de la diferencia entre el los costes de energía antes y después
de la renovación en un período de tiempo determinado.
Para las empresas proveedores de energía,
se propone:
Las
compañías de energía tienen que ser capaces de disminuir el consumo energético de
sus clientes. Esto se puede conseguir de diversas formas. En el Reino Unido por
ejemplo, los grandes suministradores de electricidad y gas están obligados por ley
a reducir el consumo energético de sus clientes un nivel predefinido. Las empresas
de energía pagarán por las nuevas instalaciones en viviendas particulares, tales
como ventanas de doble cristal para reducir el consumo la energía. Recuperarán su
inversión a través del precio de la energía. Otro modelo es trabajar con empresas
de servicios energéticos para realizar las inversiones necesarias.
Para la industria, se propone:
Las
grandes empresas tienen que hacer auditorias energéticas periódicas e independientes.
Ellos tienen que tomar la iniciativa de las mismas. A los Estados miembros se les
anima a desarrollar incentivos para aquellas empresas que introduzcan un sistema
de gestión de la energía como un marco sistemático para el uso racional de la energía.
Para
las micro empresas y las pequeñas empresas se propone el intercambio de mejores
prácticas en eficiencia energética y proyectos destinados a la construcción de la
capacidad de gestión de la energía.
¿Cuál es el impacto en los consumidores
del Plan de Eficiencia Energética?
Los
efectos combinados de la total implantación de las medidas existentes y las nuevas
tienen el potencial de generar un ahorro económico de hasta 1000 € por hogar cada
año; mejorar la competitividad industrial de Europa y crear hasta 2 millones de
empleos.
A
través del Plan de Eficiencia Energética,
Colaborar
con organizaciones industriales y de consumidores para crear las condiciones adecuadas
para la mejora de la información. Las facturas tienen que ser claras y enviadas
regularmente a los clientes reflejando los costes reales y no estimaciones.
Establecer
un enfoque en redes y contadores inteligentes contadores inteligentes en más detalle
en una Comunicación en los próximos meses. Esto ayudará a los consumidores a saber
con más detalle en el qué han consumido la energía. Des esta forma, será posible
descomponer esta información en habitaciones específicas e incluso máquinas específicas
y aparatos.
¿Cuál es la diferencia entre "Eficiencia
Energética" y " Ahorro Energético"?
Aunque las dos palabras se usan indistintamente,
técnicamente, "la eficiencia energética" significa utilizar menos energía,
mientras se mantiene un nivel equivalente de actividad económica o de servicios;
el “ahorro de energía" es un concepto más amplio que también incluye la reducción
de consumo a través de cambios de conducta o disminución de la actividad económica.
Ejemplos de ahorro de energía, sin mejoras en la eficiencia son calentar una habitación
menos en invierno, utilizar menos el coche, o permitir el modo ahorro de energía
en un equipo.
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domingo, 6 de abril de 2014
¿CONOCES EL PLAN DE EFICIENCIA ENERGÉTICA EUROPEO?
“CARGARSE LAS RENOVABLES SALE GRATIS”
El
titular no es nuestro. Es la frase de un alto responsable de una de las
principales empresas renovables de este país comentando la aniquilación del
sector que conlleva la reforma aprobada por el Gobierno el pasado mes de julio
como colofón de tres o cuatro años de acoso normativo. Cargarse las renovables,
efectivamente, le va a salir gratis a este Gobierno porque no ha existido nunca
una estrategia del propio sector para contrarrestar ante la opinión pública,
ante la sociedad, la ofensiva desatada por las empresas convencionales en
defensa de su oligopolio. Las renovables democratizaban la energía, abrían la
puerta a nuevos actores, permitían con el autoconsumo que los ciudadanos
fuéramos protagonistas de un nuevo modelo energético y eso, eso no lo podían
permitir. Y no lo han permitido, con la connivencia de este y del anterior
gobierno que sembró el terreno para esta “deliberada involución”, como ha
calificado la
Fundación Renovables esta reforma.
El
Gobierno ha podido, siguiendo al pie de la letra lo que le dictaban las grandes
corporaciones, poner en marcha la trituradora de todo lo que habíamos avanzado
en estos quince años porque enfrente no había nadie. Enfrente han tenido a unas
empresas divididas en una atomizada representación asociativa, siempre más
preocupadas de su marca que de trabajar en conjunto para consolidar ante la
sociedad la apuesta por las renovables, empresas que han ignorado todas las
iniciativas para avanzar en esta dirección, cuando no las han boicoteado desde
posturas que tienen más que ver con los celos infantiles que con la visión a
largo plazo que requiere este ámbito de la energía.
Al
Gobierno le va a salir gratis este disparate político y jurídico, esta felonía
ética, porque quien podía movilizarse para actuar se ha conformado –mientras su
cuenta de resultados le permitía mirar para otro lado- con que las encuestas
revelarán un apoyo a las renovables del ochenta por ciento de los ciudadanos
sin querer ser conscientes de que ese dato respondía a un “buenismo” epidérmico
que se diluía ante el mil veces o, para ser más exacto, un millón de veces
repetido eslogan de “las renovables son caras”. Algunos avisamos - ahí está la
hemeroteca- de que esto era una guerra, de que el objetivo era acabar con las
renovables pero casi nadie se movilizó.
Al
Gobierno le va a salir gratis destruir tejido industrial en un sector necesario
e imprescindible para mañana porque los trabajadores de cuello blanco
mayoritarios en él no están afiliados a los sindicatos tradicionales. Estos
pueden paralizar el país para salvar seis mil puestos de trabajo de un sector
condenado por la lógica a la desaparición pero no responden –pese al esfuerzo
heroico de algunas excepciones- ante la destrucción de setenta mil
empleos –de momento- en la eólica, la fotovoltaica o la termosolar.
Le
va a salir gratis al Gobierno cargarse las renovables porque los medios de
comunicación han sido en buena medida cómplices o vehículos de esa ofensiva
anti-renovable, unos medios casi siempre “sensibles” a los argumentos del
oligopolio al que deben una buena parte de sus ingresos publicitarios. Las
cosas como son. No nos consuela que ahora algunos digan ahora que “el Gobierno
se ha pasado” porque hasta ayer lo alentaban.
Le
va a salir gratis al Gobierno este error histórico pero le saldrá muy caro al
Estado, es decir, a todos nosotros, cuando empiecen a llegar las sentencias de
tribunales nacionales e internacionales por el atraco a los inversores que se
fiaron de unas condiciones avaladas por el BOE. Pero para entonces ellos, los
responsables, ya no estarán en sus cargos y una buena parte habrá hecho uso de
las “puertas giratorias” para encontrar acomodo en los bien remunerados
consejos de administración de esas grandes corporaciones.
Lo
peor es que a todos nosotros nos va a salir muy cara esta reforma porque
sencillamente nos han devuelto al pasado, han acabado con una de las pocas
actividades en las que este país estaba en vanguardia y era admirado en el
mundo. Han arrancado la ilusión de una generación de profesionales que eran
líderes en su campo y han cercenado las posibilidades de los ciudadanos para
ser actores con el autoconsumo de un nuevo modelo energético. Sí, nos va a
salir muy caro. Nos han robado una buena parte del futuro. ¿Estamos dispuestos
a pelear por recuperarlo?
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